En algunos casos, el trabajo del artista plástico pide ser compartido con otras expresiones del alma. Toma de esas manifestaciones su influencia, sus colores, sus sonidos devenidos en imagen, sus movimientos y enlaces, para completar una fusión.
Así la música, la danza y el discurso, junto con la mirada del otro, del espectador, lo transforman y lo interpretan.
J.S.
La música de una guitarra me vibra los colores, me excita y me conmueve el músico que la interpreta. Provoca mis oídos y explota en sinfonía de colores, lluvia de luz y brillo que emociona...