Soledades - La lucha por la creación



El artista comprometido es el canal de los acontecimientos que interpelan a la razón desde el corazón. ¿Dónde, el corazón? ¿Y el mío? ¿Qué le han hecho que se desangra en un río eterno de vísceras y llanto? ¿Cómo escapar a una realidad que nos llama desde el dolor de una sociedad que se corrompe y niega, que se prostituye y olvida?

El hombre sublimado en arte que busca la eternidad es el reflejo del egoísmo banal e inherente a casi cualquier hecho público. El arte -expresión máxima de sublimación humana- tiene por destino la expresión, busca la trascendencia. Casi un destino que busca manifestarse, que lucha por expresarse y por ser. ¿Acaso reside allí la pérdida del sentido del arte? Si solo ego, entonces, ¿para qué? Si exorcismo, tal vez, para rescatarnos. Quizás solo sirva lo que nos salva del horror y del naufragio de no ser. 

El artista lucha. Primero, consigo mismo, con sus fantasmas. Luego, con su entorno, con la crítica, con la incomprensión. La peor de todas: la crítica propia y su incapacidad de entenderse. Es artista porque, aunque quisiera, no puede ser otra cosa. Escribe, pinta, actúa, canta, baila. Se entrega por necesidad de dar sosiego a tanta revolución del alma. No es generoso, lo hace por puro placer, por pura necesidad, por puro goce en su dolor, por el éxtasis de revolcarse en su propia creación en una orgía de fantasmas inacabados.

La del artista es la lucha también de una construcción discursiva. La palabra hecha herramienta, imagen, color, sonido. Empuñada como arma libra la más dura de las batallas: esa de la cabeza y del corazón.

El artista no es pacífico. Aunque busca con desesperación la paz, la suya es una lucha activa. Nada queda en pie a su paso. Arrasa y desarma, junta las partes y las vuelve a ordenar en caótico desenfreno. Desafía desde su atelier, desde su máquina de escribir, desde su escenario, desde su territorio y su frontera. Esa búsqueda de la paz no es ni siquiera pacífica. Este es el dilema de los que buscan la paz. Son violentos en su accionar y se exponen en el combate hasta los huesos.

Y si pierden, como suele ocurrir, levantan sus restos y los acomodan a un costado hasta la próxima batalla. Siempre hay una más. Otro horizonte por conquistar. Un otro -nuestro otro, el que sea-  dispuesto a dar otra pelea. Cada día el sol asoma brillando a nueva oportunidad.

Todavía queda mucha piel por desgarrar. No me doy por vencida, todavía me duele la sangre y se hierve.

J.S.

Cartel del Borges

Cartel del Borges
Julieta Strasberg - Curadora de la muestra

Texto escrito en las paredes del Centro Cultural Borges

Texto escrito en las paredes del Centro Cultural Borges
Julieta Strasberg - Curadora de la Muestra de Juan Gongorin (fotógrafo)

Julieta Strasberg en Medios Locos

Julieta Strasberg en Medios Locos
Canal 7 - Junto al queridísimo Adolfo Catello y a Gillespie, Mex Urtizberea, Marcela Pacheco y Gisela Marsiotta.

Medios Locos

Medios Locos
Julieta Strasberg presentando su obra en Canal 7